viernes, 11 de noviembre de 2011

Semana 47

Y llegó la noche, comenzó la música a sonar en un viejo transistor. Donde estoy no llega internet, las pilas son mi mayor tesoro.
Suena algo de ruido, pero el sonido me da calor.
Hay alguien al otro lado, hablando, compartiendo música, y eso es reconfortante.
En un mudo que se ha vuelto extremadamente fariseo, violento y mercantilista, escuchar la voz de otra personas, a veces es un regalo.